Declaración de Los Principios
Nosotros nos
reconocemos como una nación y un pueblo originario que acepta y reconoce su
conexión con EL GRAN MISTERIO. Reconocemos la existencia primaria de la TIERRA,
el AIRE, el AGUA y el FUEGO como origen y fuente de la vida, los reconocemos
como dadores de la vida y como tales son nuestra primera y más cercana Familia.
Reconocemos
la relación con todos los seres y principios que devienen del mismo origen.
Asumimos nuestro legítimo derecho como herederos y depositarios del saber
originario, para practicar las enseñanzas e instrucciones contenidas en las
tradiciones de nuestros ancestros. Reconocemos en nuestra conciencia, el
propósito de ser absolutamente todo lo que somos capaces de ser, y así realizar
todo nuestro potencial como expresión viviente de la creación.
Reconocemos
el mismo origen y la misma hermandad con todos los seres de esta Tierra, y
somos concientes de que las diferentes formas de credo no nos separan. No
imponemos una doctrina o un credo sino la propia búsqueda del conocimiento y
creencia. Proponemos así, espacios rituales para que cada uno tenga un
encuentro consigo mismo y con lo sagrado, entendiendo lo sagrado como una
experiencia y una realización personal.
Reconocemos
el camino de las plantas sagradas como maestras de poder y de enseñanza, para
usarlas como sacramento, buscando y respetando su manejo ritual y su forma
ancestral como vehículo para alcanzar un estado de conciencia y sanidad,
rechazando el uso hedonista e irresponsable del poder de estas abuelas.
La Palabra
como verbo creador y del bien decir, convoca el sueño del Gran Espíritu y exige
su realización. Reconocemos el poder de la palabra como la expresión de la
verdad de nuestro ser interior cuando la levantamos a las cuatro direcciones
del universo; queremos ser lo que decimos que somos; queremos hacer lo que nos
comprometemos; queremos caminar con el valor de nuestra palabra, con un
compromiso de integridad con lo que a través de ella expresamos; por ello nuestro
compromiso de usarla y sostenerla, haciendo de la Palabra una acción para
nuestra vida.
Nuestro
camino incluye a todas las personas, todas las razas, naciones y pueblos, de
las cuatro direcciones de esta Tierra. Es nuestra decisión y deseo, existir en
balance y armonía con todo lo existente, para así Honrar nuestras relaciones,
en el entendimiento de la unidad de la gran Familia de la vida.
En este
deseo y este conocimiento formamos la organización espiritual ecuménica Fuego Sagrado de Itzachilatlan, y
declaramos nuestra disposición de hacerla una organización legal, con presencia
y reconocimiento a nivel internacional.
Nuestro
compromiso para sostener estas formas significa un trabajo permanente para
generar espacios y templos para juntar los distintos saberes originarios,
dentro de sus propios diseños, para así extender y sembrar la alianza y el
respeto a todas las culturas originarias como parte inherente a este Fuego.
Creemos en
la humildad, la voluntad, la sinceridad y la integridad como principios de la
búsqueda del conocimiento, el que se siembra en el corazón como experiencia y
vivencia de lo sagrado en la ritualidad. Estos principios permiten así tener
una visión para caminar cada una de nuestras vidas.
Buscamos y
trabajamos por la paz y la dignidad, así como en el rescate, sostenimiento y
reactivación de los poderes ancestrales para ponerlos al servicio de la gente.
Así, queremos llevar una voz en defensa de la Memoria, del cuidado de la
heredad de los hijos; anhelamos poder vivir nuestra misión: la de cuidar toda
la vida, la nuestra y de todas las criaturas que habitan el planeta, gracias a
la bondad y cuidado de los cuatro espíritus de la Sagrada Familia originaria:
el Padre Fuego, la Madre Tierra, y nuestros hermanos Agua y Aire.
Levantemos
la conciencia y el espíritu para convocar a los espíritus protectores, para
cuidar los rituales y el buen manejo de los instrumentos de las medicinas
sagradas, para recuperar la memoria de cómo usarlas y como transmitir estas
formas, así como nos enseñaron nuestros abuelos.
Así queremos
vivir nuestra vida, con el Poder soñar nuestros sueños en la misma dirección de
los sueños de la Creación.
Para el cumplimiento de
de estos Principios nuestros objetivos son:
1.
Propender
por el desarrollo espiritual de las personas siguiendo las directrices del
Fuego Sagrado de ITZACHILATLAN.
2.
Preparar,
desarrollar y conservar los Espacios Ceremoniales para hacer las Ceremonias de
Búsqueda de Visión, Danza del Sol y otros diseños que sean entregados por el
Fuego Sagrado de ITZACHILATLAN o por alianzas.
3.
Establecer
alianzas y acuerdos de cooperación con pueblos indígenas, tradiciones
espirituales o con entidades cuyo objetivo social sea afín.
4.
Promover
la conservación defensa de los recursos naturales, su manejo y aprovechamiento.
5.
Constituir
áreas de reservas especiales y forestales en terrenos que adquiera la
Organización.
6.
Fortalecer
los lazos de unión con las diferentes tradiciones espirituales y pueblos
indígenas de América.
7.
Trabajar
en la recuperación, conservación aplicación y difusión del conocimiento de las
diferentes formas de medicina ancestral.
8.
Organizar
y realizar las ceremonias del Fuego Sagrado de ITZACHILATLAN.
9.
Promover
la conservación y proyección del patrimonio espiritual, ambiental, cultural a
las generaciones futuras, en mejores condiciones de uso, conservación y
conocimiento como base material superior para su bienestar.